«Sansofí con Esteban Rodriguez García»
Programa emitido por Radio Moya bajo la coordinación de Mari Pino Ortega Cárdenes y la Plataforma de Medios Diametro.org con Juan Lasso Cruz.
Tema del día :
¿Nos tomamos un café?
La invitación a tomar un café es la excusa o argumento perfecto para establecer algún tipo de comunicación que lleva implícita una intencionalidad concreta. En ocasiones tan solo se trata de crear en el amplio sentido de la palabra.
Invitados :
Blas Ramón Rodríguez, escritor, psicólogo.
Jesús Ibrahim Chamali , Analista financiero y literario.
Adolfo Nathan Ibañez-Batista Rodríguez, activista cultural, agente de seguridad.
El café es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo. Y aunque la forma en que lo tomamos ha cambiado, los motivos por los que lo bebe la mayoría de la gente siguen siendo los mismos que siglos atrás: el chute de energía que le proporciona a nuestra mente. Un par de sorbos y ya nos sentimos más despiertos.
El café contiene cientos de diferentes activos químicos: carbohidratos, lípidos, minerales, vitaminas, alcaloides, compuestos nitrogenosos… Pero el primero en el que pensamos siempre, es la cafeína. A nivel biológico, la cafeína reduce la fatiga, mejora las capacidades de concentración y atención, aumenta la presión arterial y el nerviosismo, de ahí que proporcione esa sensación de energía. Algunos estudios también afirman que la cafeína ayuda a prevenir la depresión y las enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson gracias a los antioxidantes que contiene.
«Claro que el café es un veneno lento; hace cuarenta años que lo bebo.» — Voltaire.
«Si no fuera por el café, uno no podría escribir, es decir, no podría vivir.» — Balzac.
«A ti te debo todo mi vigor, pasión sin tasa débote, inclinación, culto y locura.» — J.W. Goethe.
«El amor, el tabaco, el café y, en general, todos los venenos que no son lo bastante fuertes para matarnos en un instante, se nos convierten en una necesidad diaria». — Enrique Jardiel Poncela
«La verdadera universidad popular española ha sido el café y la plaza pública» — Miguel de Unamuno
«El café me enardece, me alegra, es fuego suave sin llama y acelera toda la sangre de mis venas». — José Martí
El psicólogo Blas Ramón Rodríguez nos dice:
De entre todas las bebidas y pócimas que se consumen para estimular la creatividad, el café es, sin duda, la más habitual e importante, especialmente por el lugar en el que se consumen. Muchos autores encuentran inspiración en cafés y pubs. Los efectos de la cafeína sobre el cerebro, para bien o para mal, son ampliamente conocidos. Muchas de las grandes obras maestras de la literatura universal han sido creadas buchito a buchito de café.
Perfil y textos de los invitados al programa de hoy:
Adolfo Nathan Ibañez-Batista Rodríguez
Colabora desde los 16 años en distintas publicaciones con relatos cortos. Realiza recitales de poemas y relatos, así como realiza incursiones en el cine en labores de producción, guionista y dirección de la mano de Raúl Morán productor y del director Armando Ravelo.
Ejerce como coordinador de radio en el programa «Estudiantes en Lucha» de Radio Guiniguada, en 2015 funda el proyecto Suburbalia hasta día de hoy.
Texto de :Adolfo Nathan Ibañez-Batista Rodríguez
Café
Sinergias de herzios y redes, nos enredo la palabra, una hora, acaso existió más de una taza. Paseamos por épocas y nos detuvimos en el instante, vislumbramos el futuro y volando sucedió el cierre, café presente de proyectos, café de escucha, café de una hora paladeando siglos.
Un rito universal que cada uno hace a su manera, nos convido el anfitrión a sana tertulia alrededor de su aroma y esencia, nos contó el procurador de sanar nuestras mentes sobre su misterio y acertijo, entre buche y buche nos fue haciendo viajar el hacedor de palabras.
JESÚS IBRAHIM CHAMALI
Jesús Ibrahim Chamali, nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1962, hijo de emigrantes, curioso vital, “lector bulímico”, su última etapa laboral la desarrolló como analista de riesgos financieros. Hoy dedica su tiempo a seguir leyendo y a “inventarme otras vidas a través de mis microrrelatos”.
Texto de:
Jesús Ibrahim Chamali
¿Nos tomamos un café?
Esa es una de las frases que más repetimos a lo largo de nuestra vida. Es como una
excusa para mantener una conversación. Tal vez por eso un café puede durar dos minutos
o dos horas. Depende más de la calidad de la conversación que la de la de los granos
tostados, molidos y hervidos.
El café es de esas cosas que amas u odias. Hay quien dice no ser persona hasta que no se
toma un buen cafe por la mañana. Yo, sin embargo, conozco gente que no lo sería aunque
se tomasen una cafetera entera tras otra. Pero algo me dice que no se deberia al café. :
La literatura y el café, esta vez más como establecimiento que como bebida, están
indisolublemente unidos. Cientos de escritores han pasado horas y horas en algún café,
generalmente en la misma mesa, escribiendo sus cuentos, novelas o poesías, o
simplemente inspirándose para hacerlo. Escribir, no podemos olvidarlo, es solo distorsionar
la realidad que existe hasta convertirla en la que nos gustaría que existiera o en la que
hubiera existido.
Así que, la próxima vez que alguien les pregunte ¿nos tomamos un café?, por favor,
contesten que sí y ojalá que sea de esos que nunca se acaban sino que se enlazan con el siguiente.
BLAS RAMÓN RODRÍGUEZ
Psicólogo. Escritor y divulgador en ciencias humanas y sociales. Escribe desde 1988 artículos de opinión, crítica o crónica, de carácter experto, versado, técnico o conocedor sobre temas cientificos y culturales o especializados en psicología, diversidad y relaciones humanas en diferentes medios de comunicación generalistas y especializados explícitos o virtuales, nacionales e internacionales. Ha escrito para teatro, cine y radio.
Texto de: Blas Ramón Rodríguez
El café de Lázaro
A mí con el café de la mañana me pasa como a Lázaro de Betania, me levanta y echa a andar. Y fíjate que, tal efecto, me lo produce más el olor de café recién hecho que la propiedad psicoactiva de la cafeína sobre el cerebro; es decir, sobre la transmisión de los impulsos nerviosos neuronales que provocan el secreto de su enorme popularidad: la estimulación.
Después del agua, el café es la bebida más consumida del mundo. Para millones de personas de todo el planeta, una taza de café tiene una especie de finalidad resucitadora. El mío, solo y sin azúcar, negro con tonos madera la revolver, está lleno de los matices mañaneros que me acercan a ti, o de los silencios oportunos que me alejan del malhumor de insomne que viene como regalo sorpresa con la edad.
Su lema: «Si vas a dudar de algo, empieza por tus propios límites»
En apenas cuatro sorbos se me va Lázaro, cada día, caliente, aromático, y equilibrado de sabor. Pero, como cada día, mi café pone sus granitos alcaloides para acelerar el metabolismo de mi cuerpo y los espacios de mi mente, contribuyendo él, también, al empeño de querer, de veras, ser cada día un poquito mejor. El café, su hora, es lo que tiene, puede crear un buen lugar para el encuentro, incluso con uno mismo.
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