DAFY Y DEDALO Amar infinito
CARTEL
COLABORADORES
AMAR INFINITO
Muchos son los que me preguntan sobre la razón de poner al libro que se presenta el subtítulo de Amar infinito y no Amor infinito y la respuesta la debemos buscar en los protagonistas, en Dafy y en Dédalo, dos chicos veinteañeros que se conocieron en un centro escolar apenas siendo unos niños. Su amor surgió, sin más, encontrándose sus labios y sorprendiéndose ambos, pero es a partir de aquellos momentos cuando su amor crece y crece hasta llegar al momento en el que se desarrollan los hechos de esta historia y convirtiéndose su amistad en pasión por el otro, haciendo que el amarse sea algo tan maravilloso que solo el pensarse les hace sentirse felices.
Pienso que la palabra AMAR debe ser patrimonio de todos y cada uno de los seres humanos y por tanto me pareció que era muy adecuado que los protagonistas fueran dos chicos, aunque pudieran, de la misma manera, ser dos chicas o cualquier otra manera de relacionarse; la cuestión era contribuir a terminar con la hipocresía de gran parte de la población pues en cualquier sociedad siempre existe un determinado porcentaje de seres humanos que no siguen los dictados de religiones o de políticos que quieren, en su ignorancia, pensar que el amor entre iguales es un problema que hay que erradicar, incluso, en algunos casos, aplicando la pena de muerte para hacer que se termine con esas maneras de relacionarse, que según sus creencias atentan contra las buenas costumbres y contra la normalidad. ¡Terrible perder la vida por solo amar! Lo normal es que se ame a quien se desea y eso surge de manera natural, incluso en países en los que se condena, llevándose a cabo, en estos casos, en el más absoluto de los secretos para evitar el escarnio, el castigo o el qué dirán. No existen ni han existido nunca sociedades en las que no se den la relaciones entre iguales.
El amor no se impone pues se ama a quien tu libre albedrío te dicte, no es una aberración ni nada que vaya en contra de lo que se considera correcto y sí una necesidad de ser felices amando a quien se desea amar y esta novela trata de normalizar lo que se considera, por gran parte de la población, aunque de boquilla se diga lo contrario, no bien visto. Es inevitable la existencia de homófobos o de violentos defensores de la moral y es por ello que las leyes deben proteger a los integrantes del colectivo LGTBIQ+, endureciendo las penas a los que atenten contra la libertad de amar y de relacionarse y también es necesario que, en los planes educativos, desde las más tiernas edades, se trate el amor entre iguales como una manera más de relacionarse y así evitar las lágrimas y el sufrimiento de una niña que ama a otra niña o las de un niño que ama a otro niño, guardándose sus sentimientos para no ser señalados y rechazados por el resto. Eso solo se podrá lograr con el poder de la educación y con leyes que castiguen a los que no son respetuosos con la diversidad.