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JUAN FRANCISCO SANTANA DOMINGUEZ

JUAN FRANCISCO SANTANA DOMINGUEZ

 

ESCRIBIR EN OTRA DIMENSION

Hablaba con un amigo de lo que acontece cada día y, como no podía ser menos, hablamos de poesía, ¡siempre lo hacemos! Porque esta manera de expresarnos, a ambos, nos apasiona y algo le debí decir, surgido en la conversación, que le llamó la atención y me comentó: “Es muy interesante lo que has dicho sobre la poesía”, a lo que le pregunté, ¿qué cosa?: “Cuando dijiste que hacer poesía es escribir en otra dimensión” – me contestó.

Lo expuse convencido porque es así como pienso, pues cuando escribo sobre temas de historia o llevo a cabo algún ensayo biográfico, e incluso cuando escribo novela, el andamiaje, la construcción de las mismas se basa en hechos, bien realizados, cada uno a su manera, por otros seres humanos o bien sobre algo realizado o imaginado por el que escribe, dándosele, posteriormente, el toque personal e identitario. Una biografía anterior, por poner tan sólo un ejemplo, y ya son varias, puede ser referente pero hay que ser novedoso y mostrar, la nueva, de otra manera pues es otro el personaje que se va a presentar en sociedad y no todos podemos hacerlo en vaqueros o en manga de camisa; lo mismo sucede con una novela, que surge de algún hecho previo o de uno nuevo al que se le añaden aspectos antes trabajados por otros seres o simplemente vistos o imaginados, en sus sueños, por el propio autor en el momento que le da rienda suelta a sus alas para que, a su antojo, vuelen y vuelen.

La poesía, en cambio es estar predispuesto a transgredir lo que otros poetas hacen, expresarte de otra manera, utilizando vocablos que otros escritores, en sus habituales discursos, no utilizan, es desnudarte ante los semejantes, haciendo que lo que sientes fluya, desde tus adentros, de manera personal, sin filtros, son construcciones nuevas a base de no sólo información sino que llevan implícitos los sentimientos y las sensaciones, es decir, no se queda meramente en la frase ordinaria pues de ella nada o poco queda ya que se le viste, se le perfuma, se le calza, se le transforma, se cambian el orden de los elementos que la constituyen, se le añaden palabras surgidas desde tu albedrío (neologismos o palabras nuevas surgidas de la mente del que escribe), indagar en el lenguaje y recuperar palabras en desuso o poco utilizadas, si así lo desea el que emprende, libremente, la aventura de la creación poética, pero, sobre todo, hay que dejar volar a nuestro albedrío, debemos ponernos las alas para acompañarle y así todo, desde otra dimensión, se ve de manera muy diferente pues no se trata de unir palabras, sin más, buscando una rima y añadiéndole una medida, el que así lo desee, o, simplemente, compartir versos libres sino que además hay que presentarlos con sentimiento y eso sólo se logra desde una dimensión diferente, desde una unidad, única y personal, cargada de sensibilidad que sale desde lo más hondo y no de la frialdad de la mera construcción; debe surgir de esa dimensión a la que sólo el que es poeta tiene acceso. Escribir poesía es una posibilidad de todos pero pensar poéticamente y expresarlo es algo muy diferente, difícilmente explicable pues desde los pensadores clásicos, de los más alejados en el tiempo, a los filósofos y ensayistas más cercanos temporalmente, hasta ahora no ha habido una definición de poesía en la que todos los poetas y críticos se hayan puesto de acuerdo y eso significa mucho porque es muy posible que, como ente vivo que es, a través de sus creadores, se vaya reformulando con el mismo transcurrir del tiempo y, por lo tanto, sea algo cambiante que se va redefiniendo.

No es lo mismo decir que pensar en cómo decirlo; no es lo mismo escribir que revisar y desnudar lo escrito, cambiándole la forma e incorporando elementos que te brinda el riquísimo idioma en el que escribimos y a más novedoso y creativo el resultado es más interesante. Un verdadero alarde de fantasía, de buen gusto, en el que el vocabulario se cuida y en el que la cultura es partícipe hace que lo que se exprese sea diferente y tenga sentido literario, pues un poema es y debe ser creatividad y búsqueda y no lo primero que te viene a la mente pues eso primero es lo que normalmente se expresa en el día a día y eso, precisamente, no es poesía. De ahí que pudiéramos entrar en un largo diálogo, análisis, ensayo y, muy posiblemente, unos estarían de acuerdo pero otros tantos en desacuerdo; es como el concepto del buen padre o el de la buena madre y ahí, cada padre y cada madre, tendrá sus propios argumentos pero que una vez analizados por los especialistas: docentes, psicólogos, antropólogos, trabajadores sociales… se verá quienes están acertados en esa educación familiar y cuáles no lo están tanto. También depende de los gustos y aquí sí que hay una inmensa variedad: sencillez, barroquismo, complejidad, realismo, surrealismo, musicalidad, academicismo, verso libre… y diversas temáticas: social, amorosa, erótica, histórica… pero lo que sí debemos tener claro que, sea una u otra, la que elijamos para expresarnos debemos diferenciar entre lo que es connotativo, o lenguaje literario, o lo que es denotativo, o lenguaje que utilizamos en el día a día. Julio Verne dijo “Todo lo que una persona pueda imaginar, otros podrán hacerlo realidad”. ¿En quién pensaba Verne? La repuesta está clara.

Cuando escribo poesía, y es volver al principio para finalizar con lo que aquí nos ha traído, ‘hacer poesía es escribir en otra dimensión’ cual es la de elevarme por arriba del instante en el que escribo, y muy por arriba del teclado de un ordenador para así situarme en la dimensión que me permite otras miradas, muy diferentes a las mías habituales, de las del hacedor de lo ordinario, para hacerlo desde lo no habitual, desde las alturas que me permiten mis alas, y no podemos olvidar que no todas las aves vuelan a la misma altura por sus lógicas diferencias, eso que se llama personalidad y riqueza intrínseca que son diferentes en todos y cada uno de los seres humanos. Lo cierto es que si a tus alas o, lo que es lo mismo, a tu imaginación no le das la posibilidad de volar, jamás lo harán y por ende no serás capaz de experimentar sensaciones que sólo le son propias a la poesía.

Juan Francisco Santana Domínguez

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